En este caminar, con otros, se aprende y se desaprenden, cosas, tendencias, vivencias, en fin saberes. Comparto con ustedes este caminar, con algunos artículos, ensayos, notas, comentarios, y extractos de algunos libros, espero sus comentarios, que nutran esta experiencia y convide a otros a caminar.

Emprendedores… Podemos ser todos

EL EMPRENDIMIENTO COMO VÍA PARA EL DESARROLLO LOCAL

En la cotidianidad de este nuevo siglo, presenciamos un conglomerado de cambios que influyen de manera directa en nuestra estructura social, cultura y en nuestra identidad; en fin, afecta lo que todos conocemos como “VIDA”. Esta dinámica trasformadora ha afectado de forma gradual a los grupos humanos a lo largo de la historia, pero irrumpe de manera acelerada en las últimas décadas catalizada por los avances tecnológicos. La sociedad moderna se ve agobiada al tratar de permear y asimilar esta avalancha tecnológica y el individuo trata de no rezagarse y adaptarse en aras de no ser excluido o marginado. En fin, el hombre actual ha sido testigo de cómo su mundo se reduce al desideratum común de la competencia, y es víctima del ineludible concepto darwiniano de la sobrevivencia del más apto.

Somos protagonistas de profundos cambios socios culturales enmarcados en un contexto globalizante. Cambios que conllevan, en muchos casos, a una percepción axiológica o de valores donde se prioriza lo pragmático, material y económico, por sobre lo espiritual, moral o ético. Esta nueva forma conductual de muchas sociedades permite liberar temas conflictivos como: legalización del aborto, matrimonios homosexuales, legalización del consumo de sustancias psicotrópicas, cuestionamiento de la familia como núcleo de la sociedad; u otros menos conflictivos como: la igualdad de género, recorte de la edad laboral, reducción de la jornada laboral, entre otros. Las nuevas tecnologías de la información y comunicaciones han permitido un crecimiento exponencial del conocimiento humano, y constituyen la génesis de la globalización, fenómeno mundial criticado por unos y alabado por otros, pero que a mi modo de ver sus bondades supera con creces sus aspectos negativos al permitir la comunicación en tiempo real y borrar tácitamente los espacios nacionales que nos han dividido como países, sociedades o economías.

Todo esto nos dibuja a grosso modo el escenario inicial del nuevo milenio, este siglo se inicia con un mundo laboral totalmente distinto al que vivieron generaciones anteriores y parte de la nuestra, donde las palabras “Dinámico” y “Cambiante” son premisas fundamentales. Las innovaciones, en tecnologías y procedimientos crean nuevas profesiones y competencias desconocidas hasta años recientes y hacen obsoletas o anacrónicas a muchas otras. Sin embargo, nuestro país ha permanecido ajeno a estos avances y transformaciones, debido a políticas inadecuadas por parte del Estado y un sector privado, en su mayoría, reticente a los cambios e innovaciones. Aunado a esto, y lo más grave, es que nuestro mercado laboral es absolutamente deficitario debido a políticas económicas erradas y a la inseguridad jurídica que aleja, lógicamente, a la inversión y han provocado el cierre gradual de numerosas empresas en la última década. Este es el panorama desolador que encuentran los recién graduados de distintas universidades y que obliga a ese numeroso contingente de nuevos profesionales a subemplearse, acudir a la economía informal, o conseguir un empleo precario en el mejor de los casos.

Resulta obvio el proceso traumático y frustrante que sufren los egresados universitarios al tratar de ejercer la profesión para la cual se prepararon, sobre todo cuando fueron acostumbrados a la seguridad relativa que le brinda la academia, donde todo se reduce a metas logradas en función de la aplicación, en aulas que los desconectan de la cruda realidad que les espera y donde presumen reina la sabiduría y la verdad.

Por todo esto, es conveniente que el mundo universitario se enfoque necesariamente hacia esta situación, ya que debe asumir el reto de innovar para preparar a su comunidad con las destrezas y habilidades necesarias para su adaptación al reto que representa el ingreso de sus egresados al mercado laboral, entendiendo que no sólo basta con los conocimientos académicos (en algunos casos con visos de obsolescencia), sino que en este nuevo mundo la labor pedagógica debe estimular, cultivar y enseñar una serie de competencias y cualidades; tales como la creatividad, la persistencia, y la solidaridad; que le hagan más apto para el mundo competitivo que les espera.

Hasta hace pocos años, estas competencias se relacionaban con el término: “Emprendedor”, nombrado y escuchado, ocasionalmente en conferencias de escasa participación o en algunas universidades que en busca de innovar comenzaron a indagar e investigar sobre el tema.

Hoy por hoy, las empresas buscan personas con alta autoestima, habilidades sociales y cualidades como: la capacidad de amar lo que se hace, de fijarse metas y calcular los riesgos, de innovar, de asumir responsabilidad ante las propias decisiones y actuaciones, facilidad para familiarizarse con el entorno, el trabajo en equipo, la honestidad, entre otras; cualidades que son muy cotizadas y muchas de ellas se cultivan dentro del seno de las organizaciones convirtiendo a empleados en emprendedores y a emprendedores en intra -emprendedores. Si bien, no existe un perfil específico que enmarque a las personas emprendedoras, sí es posible hablar de formas de conductas que los definen y que se pueden enseñar bajo la premisa fundamental de que “Emprendedor: podemos ser todos”, sólo necesitamos encender la chispa del espíritu emprendedor, es más, muchas de las conductas que definen a las personas emprendedoras forman parte de los distintos procesos de aprendizaje y vivencias que afrontaron a lo largo de la vida, condición que los capacita para trasmitir y enseñar esas experiencias.

Considero interesante traer a colación un estudio realizado por el IESA (2005) como representante por Venezuela en el Monitor Global de la Iniciativa Empresarial (Global Entrepreneurship Monitor, GEM), que constituye el proyecto de investigación internacional más importante dedicado a medir la actividad empresarial en un país. Los principales aportes de este estudio fueron: Con respecto al índice TEA (Actividad Emprendedora Total), entre 36 países participantes, Venezuela alcanzó el 1º lugar con 25%, el 18,8% de los emprendedores venezolanos son los que se clasifican como “emprendedores nacientes”, individuos que han creado un nuevo negocio durante el año anterior al momento de la encuesta y deben ser propietarios de una porción o de la totalidad del mismo. La región de Venezuela que muestra un índice de actividad emprendedora temprana más elevado es la Centro Occidental, en las zonas rurales existe una mayor actividad emprendedora temprana que en las urbanas. Datos estadísticos sorprendentes dado que Venezuela es uno de los últimos países en cuanto a desarrollo sustentable se refiere, según el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Del estudio y sus resultados podríamos hacer algunos comentarios, la investigación plasma la importancia que tiene la mujer venezolana como emprendedora; y otro dato de suma relevancia para nosotros, sin pecar de regionalista, es que los ANDINOS son los venezolanos más emprendedores de la Región Occidental. Con relación a esto último, sería importante hacer un estudio sociológico complementario que determine las causas que hacen del andino el más emprendedor del país, si esta peculiaridad está vinculada a su idiosincrasia, o quizás, sea el resultado de la prolongada crisis económica que empobreció a la región andina, constriñendo al andinaje a encender la chispa del emprendimiento.

Fue una institución educativa trujillana, una universidad de carácter comunitario, la que primeramente se interesó en la importancia del emprendimiento como herramienta del desarrollo sustentable en la región. La Universidad “Valle del Momboy” se hizo presente en esas reuniones en que se comenzó a hablar sobre el tema del emprendimiento e intuyó el potencial de la región andina como emporio de hombres y mujeres con espíritu emprendedor. Actualmente, esta institución está en la vanguardia en la temática del emprendimiento, estimulando mediante metodologías de vanguardia, novísimos / creativos procesos pedagógicos y alianzas estratégicas, las conductas emprendedoras en la comunidad universitaria y en la comunidad trujillana. Esfuerzo que realiza esta institución en aras de establecer las conexiones y sinergia necesarias para generar un aporte real en la creación del nuevo ciudadano, hombres y mujeres capaces de vivir el padentrismo (mirarse- revisarse), corregir y empezar a construir al Trujillo que queremos y al país que soñamos.