En este caminar, con otros, se aprende y se desaprenden, cosas, tendencias, vivencias, en fin saberes. Comparto con ustedes este caminar, con algunos artículos, ensayos, notas, comentarios, y extractos de algunos libros, espero sus comentarios, que nutran esta experiencia y convide a otros a caminar.

VALERA, MI MIRADA


Este articulo que comparto con ustedes, me fue solicitado, para el suplemento publicado por el Diario Los Andes en el marco del Día Aniversario de esta ciudad

Porque ¿confiar en Valera?, entiendo el confiar como ese ánimo, aliento, fe, por algo o por alguien, por tanto confío en Valera, una ciudad que se recrea a sí misma, se piensa a sí misma y se reinventa.

Fundamentalmente porque cuenta con un gran número de hombre y mujeres soñadores, dedicados a formar desde el amor, la humildad y la honestidad generaciones de relevo que lleven con firmeza y dignidad el “testigo” de sus acciones; de ese gran numero quisiera destacar a María Alejandra Briceño como creadora de la nueva Acoinva, a Eladio Muchacho Unda con su aporte desde Diario Los Andes, sus innovadoras ideas y reflexiones y a Francisco González Cruz por la visión que le permitió cristalizar “la primera universidad comunitaria real del país”.

Valera cuenta además con condiciona geográficas únicas, equidistante a grandes ciudades, puerta a los Andes, es una ciudad andina, que es reconocida por foráneos, habitada por hombres y mujer trabajadoras, honestas y cumplidas. Es una ciudad de migrantes, con mezcla de culturas y experiencias que le dan la fortaleza para sobreponerse a cualquier periodo de desdén.

Como no confiar en una ciudad, tierra de José Gregorio Hernández, Rafael Rangel, Mario Briceño Irragorry, una ciudad históricamente importante, con un presente, donde emerge ciudadanos globalizados conectados a las más importantes corrientes del pensamiento contemporáneo, una ciudad agitada por jóvenes emprendedores que juntos, perfilan una “Ciudad Creativa”.

Son tiempos burdos, los que actualmente se viven en esta ciudad, pero el tiempo pasa junto con su gente, solo quedarán las instituciones y las obras de su “hacer”, y seguro estoy, que así como un picho débil desde su nido, emprende el vuelo aferrado a su intuición y confianza, llegará el momento donde Valera de su salto cuántico y como Cóndor desde la alturas mirará humildad a el resto del país.