En este caminar, con otros, se aprende y se desaprenden, cosas, tendencias, vivencias, en fin saberes. Comparto con ustedes este caminar, con algunos artículos, ensayos, notas, comentarios, y extractos de algunos libros, espero sus comentarios, que nutran esta experiencia y convide a otros a caminar.

40 años de vida: los años que perdí?



Hoy cumplo 40 y escribo desde el corazón, procurando no desconectarme de la razón, apoyándome en estas líneas como válvula de escape, válvula para canalizar todo el “padentrismo” vivido durante estos meses de reflexión mientras se aproximaba la cuestionada fecha.


Es natural en el ser humano la tendencia consiente o inconsciente de agradar y quedar bien con todos. En ocasiones decir lo que otros quieren escuchar para así potenciar la imagen propia q vemos en nuestros espejos, si es que nos atrevemos a vernos; y en la mayoría de los casos solo para no generar un conflicto anodino con un tercero. Pues hoy Yo no, en mi caso y hoy en particular no será así. 


Si no voy contracorriente con mi edad hoy, que voy a esperar ¿cuándo lo haré? Dicen que a partir de hoy comienza la temible ‘crisis de los 40’, en la cual experimentamos un “demasiado de todo”, las dificultades parecen insuperables y el cansancio se hace notar, se cansan todos de decirlo.

Romano Guardini[1] decía que “en los cuarenta las ilusiones pasan, y no sólo las que son de la juventud, sino también las que proceden del hecho de que la vida aún conservaba el efecto novedad”, A veces adoptamos un optimismo forzado que en realidad no sentimos o nos ocupamos de mil cosas y trabajos para escapar de la monotonía, con el fracaso como resultado más que probable, a nuestras carrera contra el tiempo y contra la edad.

Es cierto en ocasiones siento que empiezo a vivir de las reservas, que ya comienzo a estar de vuelta, en todo esa sensación de que las cosas se repiten. Y estoy consiente que obviamente que no es verdad, nada se repite en la vida se repite. Pero entiendo entonces, que es la temible “rutina” la que quiere aparecer a la fuerza, en varios aspectos de mi vida. El hastío, lo que los griegos llamaban “taedium vitae” o inapetencia ante la vida, esa profunda decepción no obedece a un motivo u ocasión en concreto, sino que nos la produce la vida en su conjunto, ya que su ¨hacer” consiste en empezar generándonos expectativas prometiendo mucho, especialmente en esa etapa de los 20 años, en donde la muerte y las perdidas siquiera se dibujan en el horizonte, y cuando llega el día como el de hoy, cuando llega la hora, se hace cada vez más claro que lo prometido lo soñado lo deseado puede no haberse cumplido, que la expectativas fueron falsas y normalmente creadas por nosotros mismos. Me imagino que como consecuencia de ello, llega la famosa ‘crisis’ que se produce a esta edad. Y no solo a los que la vida nos ha pegado fuerte, sino también a los que aparentemente les ha ido bien.

Pues bien, hoy me he dado cuenta de los años que he perdido, pero también que, a la vez, la experiencia de ellos me ha hecho ver y entender cosas que antes no veía ni entendía. Que hoy soy el resultado de todas esas interacciones, relaciones, conversaciones, vinculaciones que he tenido en el transcurso de estos años, me he dado cuenta que yo no soy Yo, que Yo soy la suma de todos. 

Entender que los años enseñan cosas que los días jamás llegan a entender y que lo que le da sentido a mi vida no es la cantidad de años, sino lo que hice con ellos. Las personas más inútiles son incapaces de cambiar con el paso del tiempo. “Hay gente que promete a los 20 años y deprime a los 40 anños, fotocopia ideologizada, que ha vivido los mismo año 20 veces”, palabra del dichas por el gran escritor James Barrie[2]

Dicen que la madurez consiste en ir pasando de una etapa a otra de la vida llevando con nosotros los mejores recuerdos, aprender a vivir con los recuerdos dulces para que nos potencien, y con los recuerdos amargos para recordar la lecciones, evitando que estos últimos vuelvan a abrir heridas, según los terapeutas eso es la “madurez”. Por tanto si fuimos auténticamente niños, nunca dejaremos de serlo, y la idea esta en cada día alimentar ese niño, de la mejor manera, ser niños maduros para disfrutar del presente. Saber que seguiremos encontrándonos sufrimiento, pero ya a esta edad se entiende que el dolor es obligatorio pero el sufrimiento es decisión, ahora lo conozco mejor, conozco su rostro, lo acepto, porque sé que tengo que convivir con él, y en la medida de lo posible, superarlo.

Ya no me obsesionan los grandes logros con los que soñaba a los 20, a los 30, me enfoco más en hacer lo que verdaderamente me lleva a cumplir mi propia definición de éxito, disfrutar lo largo del camino, la compañía, la conversa y luego festejar la meta. Es por eso que ahora trato de disfrutar cada minuto del viaje, saboreando el presente y de la buena compañía. viví años obsesionado con el futuro o mirando para atrás, viviendo de apegos y buscando liberarme de ello. Ya tengo claro que es el camino el que me irá mostrando la meta. Los objetivos que van surgiendo en mi vida no los tenía previstos antes y ahora constantemente aparecen oportunidades que me toca detectar y aprovechar. En conclusión, ¡a vivir la vida que quiero para mi! tengo conciencia sobre mis actos y aprendí a hacerme cargo de ellos, a priorizar y enfocarme en las cosas que realmente valen la pena.

Fui por años un workaholic[3], y aun ahora me considero igual, mezcla de motivación, compromiso con mi lugaridad, de saber que tengo la posibilidad de transformar mis realidades pero también la de otros; pero sin valorar el tiempo, y que lo que llevo a convertirme en un desembocado enchufado permanentemente a lo que falta por hacer, sin ver lo que esta hecho.

La vida me ha enseñado también a ver que acá en “este espacio - Tiempo¨nada es para siempre, y que lo fundamental es dejar un legado que otros sigan, un camino iniciado, para que sean otros los que continúen el caminar, que ni las alegrías y ni fracasos, son para siempre que son breves instantes y que la formula esta en juntar las mayor cantidad de breves momentos de felicidad. Que hay y habrán muchas tormentas, y que luego de pasada la tormenta no sabrás como saliste de ella, pero saldrás mas fuerte, mas claro y mas convencido de tus potenciales, por ello cuando pasa la tormenta y vuelve al salir el sol, aprecias con mayor espiritualidad la luz, los colores y las razones por lo cual entraste en esa tormenta o porque esta tormenta a ti.

Estos 40 años, me ha enseñado a no comparar mi vida con la de otros, raíz de muchas miserias, inconformidades, reproches, certezas, que son los ingredientes perfecto para la infelicidad, y, por supuesto, me ha enseñado a cuidar el tiempo, el tiempo, el tiempo, como un regalo valiosísimo, que no tiene retorno.

“El hoy es un obsequio que he de agradecer y aprovechar. Ayer se fue y mañana no ha llegado, voto por quedarme en el presente. Viajo al pasado para aprender de su fantástico almacén de datos. Cuando lo hago, el presente se colma de agradecimientos y de una sana tristeza. Teniendo la nostalgia bajo control, el recuerdo de seres queridos que ya se fueron, las imágenes de una edad tierna e irrepetible, aportan al presente un halo de serenidad, dulzura y unas gotas de melancolía. Ahora ¿Qué hago con esas cuotas de pena de melancolia? Leer sus enseñanzas para administrar mejor la realidad. Me proyecto al futuro para anticipar escenarios, para cobrar impulso, para irradiar ilusión y esperanza en un presente invernal. Completada la excursión regreso a mi tiempo preferido, el presente”. Palabras de Santiago Álvarez.

Tuve que vivir 40 años para aprender que la vida y el trabajo jamás deben ser confundidos ni separados. Tuve que invertir 40 años para aprender tantas lecciones.

Y acabo con esta válvula de escape preguntándome, ¿qué es lo que más me gusta de estos 40 años? Pues, con sus subidas y sus bajadas: TODO. mi familia, mis amigos, me encanta mis emprendimientos y su gente, el reto de hacerlo crecer y desarrollar nuevas ideas, mi hobby de conferencista, el poder tocar corazones y llenarlos de esperanza, el empoderar a otros para que cambien realidades, el curar heridas, el ser Chejendino, Tujillano, Venezolano el ver como muchos llegan con una hoja en blanco y luego de apoyarlo la convierten en un reto para su vida, el sentir que puedo ser ejemplo para otros; en general la vida que llevo, si al final, lo junto todo, sale un hombre afortunado y agradecido con Dios y estos primeros 40 años que prefiero llamarlos el décimo aniversario de mis 30, Ahora recién comienza mi vida…¡todo lo anterior ha sido una antesala.[4]






[1] Romano Guardini fue un sacerdote, pensador, escritor y académico católico. Desarrolló sus estudios y su trabajo académico en Alemania

[2] Sir James Matthew Barrie, comúnmente conocido como J. M. Barrie, fue un novelista y dramaturgo británico. Es especialmente famoso por haber creado el personaje de Peter Pan, basado en sus amigos, los niños Llewellyn Davies

[3] Coloquialmente, un trabajólico (derivado de su nombre original en inglés, unworkaholic) es una persona adicta al trabajo. Una expresión también aceptable en español sería adicto al trabajo o trabajoadicto; otras podrían ser ergómano y ergomaníaco.

[4] Gracias por la inspiración para escribir estas líneas a mis mentores, juan José Gutiérrez, Juan José Casimiro, Juan Vera, Eladio Muchacho, Francisco González, Eduardo Martí, Jorge Bucay, Humberto Maturana, Rafael echeverria, Rafael Zabala, a mi familia y a todos aquellos que están en mi por sus aportes y compañía.

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